Películas necesarias

Del director japonés Hayao Miyazaki, conocido por obras como "Mi vecino Totoro", "Conan, el niño del futuro", "La princesa Mononoke" y "El castillo andante".
El viaje de Chihiro (Miyazaki´s spirited away, en su título internacional) nos muestra por qué es que el cine es considerado, entre otras cosas, una fábrica de sueños. Cuenta la historia de una niña perdida en un mundo mágico, lleno de seres que nuestra estúpida "madurez" no hace considerar imposibles. Chihiro se nos presenta como alguien que se pierde a sí misma, pierde su nombre (la llaman "Sen"), a sus padres y su hogar. En este nuevo mundo conoce a Haru, un espíritu atrapado en cuerpo humano, que alguna vez fue aprendiz de cierta bruja y que tiene el poder de transformarse en un dragón, sin embargo, después de muchos personajes y sucesos, Chihiro le demuestra a Haru que él también había perdido su nombre, su identidad y su verdadera esencia mágica y divina.
Pienso que la importancia de este tipo de películas en un mundo como el actual no se puede discutir. La ficción y la realidad se funden en perfecta armonía, los límites y matices se vuelven difusos, casi inexistentes. Ante esto, quedas indefenso, vulnerable y boquiabierto frente a la pantalla, sin más que un suspiro de asombro. Este tipo de películas nos invitan a seguir soñando, a alimentar nuestras almas con la capacidad de asombrarnos con los mil y un significados de una obra. Nos invita a trascender del pensamiento común y predigerido del mundo actual, para llegar al verdadero mundo de lo mágico.
Miyazaki nos muestra, a mi entender, que Chihiro es en realidad todos nosotros, ya que todos perdimos algo en el camino que hemos recorrido hasta ahora, y es muy probable que nunca nos volvamos a sentir completos hasta que encontremos ese "algo".